Velvet Assassin
El recorrido de los juegos bélicos es tan prolífero, tan extenso, que apenas queda margen para que obras de distinto calibre puedan brillar sin llamar la atención. Velvet Assassin es uno de esos títulos que ha pasado sin pena ni gloria por multitud de ferias, levantado revuelo alrededor de unos pocos usuarios que se han atrevido a elogiar su aspecto artístico, sin duda lo más destacado de la obra de Replay Studios. La línea que ha seguido hasta que finalmente ha visto la luz ha pasado por diversos retrasos, cambios de concepto en la jugabilidad y otros menesteres por los que el lanzamiento oficial se ha visto retrasado en innumerables ocasiones –inicialmente estaba prevista su llegada al mercado a finales de 2008-.
El video esta basado en el avance esque no encontré videos de analisis.
A estas alturas era difícil saber a ciencia exacta cuándo podría disfrutar de él el público europeo. Las impresiones que ofrecía esta Casa del título dejaban entrever un tapado de interesante concepto que, no obstante, parecía tener complicaciones a la hora de poner en práctica la clásica historia de sabotaje. Si hay algo que lo ha diferenciado del resto de competidores es precisamente el carácter de su protagonista, basado en un personaje real que sufrió lo indecible durante la Segunda Guerra Mundial, época en la que se inspira la ambientación del videojuego. Violette Szabo es una de las figuras más representativas de la época, premiada con varias medallas al valor tras su ingreso en el SOE –Special Operations Executive-, una unidad británica que acogía y entrenada a personas de a pié para cumplir misiones de diversa índole.
La heroína era capturada por las fuerzas alemanas para posteriormente sufrir toda clase de vejaciones, torturas e interrogatorios de los que nunca extraerían nada en claro. Una personalidad a tener en cuenta para futuras referencias heroicas que, de hecho, se ha llevado a la ficción desde perspectivas muy contrarias. Es necesario conocer algo del trasfondo de esta interesante personalidad para formar un pequeño croquis mental de Violette Summer, el alter-ego de la anteriormente descrita, que pese a no representar exactamente la misma figura histórica sí que comparte su personalidad. Es, como venimos comentando, el punto álgido de un argumento maltratado por exigencias del guión, al que no acompaña una jugabilidad a la altura de las circunstancias.
Recordando el pasado
Violette está postrada en una cama, apenas consciente. A su vera una jeringuilla de la que pronto deducimos se trata de una dosis de morfina que la mantiene despierta en una localización que ignoramos hasta los compases finales de la aventura. A medias entre enfermizas visiones y la ensoñación profunda, la heroína se transporta hacia un bello paraje de rural alemán, no sin antes pasar a comentar cuál era su objetivo vital. Poco trasfondo se ofrece para conocer que estamos presenciando la historia de una espía ducha en las artes de sabotaje a la que se le encargan variopintas misiones.
Generalmente siempre ha de colocar una carga explosiva en un punto determinado para huir empleando cualquier vía que sea posible. La historia va dando profundizando en este aspecto con tono retrospectivo
La heroína no es capaz de evitar las escenas que acuden a su memoria, explicando en el comienzo un sencillo tutorial con el que aprendemos a manejar las ejecuciones básicas del sistema de control. Indistintamente de si hacemos uso de la edición de Xbox 360 o de PC, la cámara se mantiene en un punto fijo que permite rotar al personaje hasta contemplar su aspecto, vestida con una indumentaria que varía según la misión que afrontemos. Violette combina los flashbacks con las escenas reales donde aparece puntualmente algún personaje secundario, aunque de nuevo insistimos en que profundizar en este aspecto es poco menos que restarle interés a la recta final del argumento. Sí es interesante recalcar la escasa fluidez de la trama, que por regla general se pierde en las misiones en sí dejando de lado las escenas ‘reales’, por así llamarlas.